Cuento Azul

Enrique era un chico tímido y huidizo que contaba con pocos amigos. Al no gustarle nada la realidad y la rutina en la que vivía diariamente. Cerraba los ojos habitando en sus fantasías, inventaba su propio mundo luminoso. En uno de sus muchos viajes, encontró una selva hermosa llena de animales exóticos como panteras, leopardos, jaguares, tucanes, serpientes multicolores… entonces conoció a Maya, una ninfa bella y alegre que jugaba semidesnuda entre las cristalinas aguas del río donde flotaban prehistóricos nenúfares de los árboles. Enrique la miró y le preguntó muy preocupado ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? Ella le acarició la cara con sus frescas manos y no dijo nada, sólo sonreía. Maya comenzó a volar y Enrique la persiguió por todos lados, ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? Pero ella no dijo nada, sólo le besó en los labios. Anocheció y en la intimidad de la oscuridad, bajo una cascada quedaron abrazados. Sintieron el murmullo del mundo cantando su canción maternal. Notaron que el pasado ya no pesaba como una maleta cargada de sueños rotos. Se encontraron libres y en paz. Lo cierto es que a Enrique ya no le importaba quién era y tampoco de dónde venía.                          

                                                       Daniel Ruiz Salamanca

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Botón volver arriba