Page plantea revisar unidades didácticas en Educación para que escolares aprendan «la nueva filosofía del agua»

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha planteado en Toledo la necesidad de que el sistema educativo de la región revise sus unidades didácticas «con el objetivo de que los escolares de esta tierra sepan y entiendan lo que es la nueva filosofía del agua», y que empiecen así a estudiar «en conciencia» cuál es el problema del agua que afecta a la región.
En el acto del Día Internacional del Agua, que se ha celebrado una semana más tarde como consecuencia de los atentados perpetrados en Bruselas hace unos días, y al que también han asistido la consejera de Fomento, Elena de la Cruz, y el consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Francisco Martínez, el presidente regional ha señalado que para poder decir que el agua «no tiene color ni bandera», se necesita una posición única, «y ésta debe empezar en el colegio».
En este sentido, García-Page ha hecho un llamamiento a la unidad «social y política» de Castilla-La Mancha para defender los intereses hídricos de la región «con la misma unidad que tuvimos en su momento», una unidad «que no se discute en Murcia o Valencia», pero que no existe en la región. Por ello, ha convocado al Partido Popular, Podemos y a las fuerzas políticas sin representación parlamentarias «para reconstruir un consenso que nos permita defendernos como Castilla-La Mancha, gobierne quien gobierne en España».
Para el presidente castellano-manchego, «la batalla del agua está inclinada hacia el Levante en este país, pero el agua es hoy una materia prima, y un Gobierno que se precie no puede dejar de defender sus intereses», ha garantizado, al tiempo que se ha comprometido a defender «a ultranza» los derechos jurídicos que tiene la región sobre el agua.
De esta manera, ha recordado que «si no hubiéramos plantado cara a las decisiones tomadas desde el Ministerio competente, hoy no tendríamos el trasvase Tajo-Segura, tendríamos dos trasvases», y ha lamentado que no exista consenso político y social en la política trasvasista, y que se aprecien diferencias notables entre la cuenca del Ebro y la del Tajo. «Si este país quiere trasvases, que sean de todos los ríos, especialmente de aquellos que más tienen», ha exigido.
Finalmente, el jefe del Ejecutivo autonómico ha anunciado que hoy se ha aprobado la autorización a los servicios jurídicos de la Junta para recurrir los tres últimos trasvases al Levante, y ha manifestado su deseo de buscar el consenso con sus homólogos de Murcia y Valencia «pero discutiendo con claridad el precio del agua y los intereses que no se están atendiendo aquí en cuanto a los regadíos», ha advertido.
Durante su intervención, la titular de Fomento, Elena de la Cruz, ha reconocido que «sabemos que el agua no es nuestra y no estamos en guerra contra nadie», aunque se ha comprometido a continuar siendo «incansables en la defensa del agua». De la Cruz ha incidido en que el agua es «un elemento esencial para crear empleo», por lo que su ausencia «contribuye a aumentar de forma injusta el desequilibrio entre los territorios», al tiempo que ha recordado que el lema que este año se ha elegido para conmemorar el Día Mundial del Agua, «Agua y Empleo», pretende llamar la atención sobre los empleos relacionados o propiciados por el agua y los derechos de sus trabajadores.
Asimismo, ha apostado por continuar ejerciendo desde el Gobierno autonómico una defensa del derecho de Castilla-La Mancha de acceder al agua para promover un «desarrollo sostenible, respetuoso y equitativo». «El agua es de todos, y como bien común, no puede tener dueño», ha manifestado.
Por su parte, el consejero de Agricultura, Francisco Martínez Arroyo, ha insistido en la importancia del agua para los agricultores pero también para los consumidores. En concreto, para que los productos de origen agrario que llegan a las tiendas lo hagan con la máxima seguridad alimentaria, y que en el camino creen riqueza, tanto para los agricultores, como al conjunto del medio rural y, en definitiva, a toda la cadena alimentaria. Y esto, ha añadido Martínez Arroyo, sólo es posible con agua, «porque sin agua en Castilla-La Mancha, simple y llanamente, no hay futuro».