Santa Lucía se venera en Las Pedroñeras desde hace más de 160 años

Lucía nació en Siracusa y murió en el año 303. Fue perseguida por pertenecer al cristianismo por el emperador Diocleciano hasta lograr su muerte. Con su madre enferma recurrió a Santa Águeda, ésta tras mejorar la enfermedad de la madre infundió a Lucía su total entrega al cristianismo, llegando a ser martirizada en plena juventud por el gobernador romano por no aceptar el matrimonio con uno de sus mandatarios en Sicilia.

Santa Lucía ha sido una imagen que se venera en Las Pedroñeras desde hace más de 160 años. Se encuentran documentos en donde se dice que fue patrona del pueblo, llegando al siglo XIX en donde tiene su máxima expansión como festividad y devoción.

La imagen que hoy se tiene en la Iglesia Parroquial fue donada por D. Augusto Peña Usón, médico de Las Pedroñeras que residió en la Calle Cea Bermúdez, ya que la anterior imagen fue destruida en el año 1936 como consecuencia de la Guerra Civil española.

Como Hermandad se tienen pocas noticias, pero hay razones fundadas de que empezó en el año 1893, según cuentan los cofrades más antiguos. Las familias de los Valeros, Tortosa, Molina, Carrión, Iniesta, Pío y Ramírez fueron las que fundaron dicha Hermandad, que dicho sea de paso con la del Santísimo Sacramento y Benditas Ánimas del purgatorio se conocen como las más antiguas del pueblo.

Año tras año la Hermandad de Santa Lucía ha ido renovando tanto en su forma de hacer su fiesta como en la cantidad de hermanos cofrades. Ha tenido como casi todas las demás hermandades del pueblo sus altibajo, pero los años de máximo esplendor fueron los correspondientes a la década de los sesenta en donde se vivieron con mayor animación y compañía los ceremoniales de esta festividad. Los cofrades más activos para llegar a este aumento de cofrades y celebración fueron los mayordomos: Máximo Gabaldón , Juan Carrión, Degracias Gallego, Esteban Picazo, Amable Revenga, Aurelio Crespo, Zacarías Martínez y como actual mayordomo Felipe Calvo.

Otros hermanos famosos por su devoción fueron José Mª Bartolo, Francisco Calero, Gabriel Micaelo, Manuel Salcedo, Adelfino Montoya, Eladio Pozo, Esteban Picazo, Marceliano Salamanca, Ramírez De Mateo, Domingo Habichulo, Jesús Solana, Manuel Martínez, José Mª Pacheco y José Izquierdo, entre otros.

A finales del siglo XX la Hermandad empezó a tener fondos, siempre del sobrante de la celebración, y con ese fondo se ha adecentado el estado de la imagen, su altar en la Iglesia, carroza, banderas, estandartes, insignias, etc. Todo se ha puesto al mismo nivel como las demás hermandades del pueblo, gracias al esfuerzo y tesón de los cuatro últimos mayordomos.

La fiesta, recordemos que es el 13 de diciembre, consta de dos días. El día 12 toque de vísperas a media tarde y a la salida de la misa vespertina se hace la hoguera en la plaza de la Constitución, momento en donde su luminosidad y calor se cantan letras y estribillos de canciones de siempre, relativas a las mocedades y chascarrillos del pueblo; mientras tanto, se sirve la típica cuerva o zurra a los asistentes a esta luminaria u hoguera.

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El día 13 se abre con la diana para reunir a los hermanos y directivos de la Hermandad para tras degustar la típica “paloma” y los rolletes de sartén se marcha hacia la Iglesia Parroquial acompañados de las dulzainas y tambores para iniciar la procesión de la Santa por las principales calles del pueblo. Tras ello, se celebra la Misa mayor amenizada por las dulzainas y tambores.

 

Tras la Misa y acabado el ceremonial, se hace en casa del mayordomo una comida de Hermandad a la que son invitadas autoridades civiles y religiosas. Ya por la tarde se expone la imagen en el cancel de la Iglesia para que los pedroñeros ofrezcan sus productos a la Santa. A la salida de la Misa vespertina de nuevo la hoguera toma mayores dimensiones para iniciar el “almonedeo” donde lo ofrecido se subasta entre los asistentes al mejor postor.

 

El día 14 se inicia con la Misa por los cofrades fallecidos durante el año o años anteriores. Seguidamente hay un “tentempié” en la casa del mayordomo, tras empezar el “ajuste de cuentas”. Al ser una Hermandad pobre no es mucho el dinero sobrante, pero sí lo necesario para superar los gastos.

El acto se cierra con el nombramiento del mayordomo y otros cargos (si se pudiera) y si no se sigue con la misma directiva.

 

ARTÍCULO DE: Felipe Calvo, mayordomo de la Hermandad de Santa Lucía,
para PEDROÑERAS 30 DÍAS


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