Unos 775 agricultores conquenses se benefician de la ayuda agroambiental del girasol en la última convocatoria
El Gobierno de Castilla-La Mancha ha conseguido la aprobación por parte de la Comisión Europea de una nueva línea de subvenciones para el girasol de secano cifrada en 60 euros por hectárea, de la que se beneficiaron unos 775 agricultores de la provincia de Cuenca en la última convocatoria.
De este modo, se da continuidad a la ayuda en vigor en los últimos años y que finalizaba en 2009, además de los compromisos de mantener una linde como mínimo de un metro de anchura con vegetación espontánea y no emplear ni abonos ni productos químicos, informó la Junta en nota de prensa.
El delegado provincial de Agricultura y Desarrollo Rural, Manuel Julián Orden, aseguró que se trata de «una gran noticia» para la provincia de Cuenca, puesto que es la primera en superficie y la segunda en producción del girasol a nivel nacional. Nuestro territorio cuanta con 163.000 hectáreas de terreno dedicadas a este cultivo y una producción aproximada de 112.000 toneladas.
Con esta modificación impulsada y propuesta por el Ejecutivo regioal «se garantiza la viabilidad del cultivo del girasol en nuestra región, pero especialmente en la provincia de Cuenca para los próximos años», significó Orden, que añadió que «es una medida cuyas características y funcionamiento conocen muy bien nuestros agricultores», afirmó.
La continuidad de la ayuda agroambiental del girasol es una de las novedades del nuevo Programa de Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha, que supondrá una inyección superior a los seis millones de euros para los agricultores castellano-manchegos hasta 2013.
En el último período se beneficiaron de esta ayuda 775 agricultores de la provincia de Cuenca, que percibieron un importe total de 1.476.210,74 de euros, es decir, el 77 por ciento de las ayudas concedidas a toda nuestra región. En el conjunto de Castilla-La Mancha se beneficiaron 1029 agricultores, con una cuantía de 1.917.107,64 euros.
Por último, el responsable provincial de Agricultura y Desarrollo Rural subrayó que el cultivo del girasol es «fundamental desde el punto de vista medioambiental», puesto que mantiene y mejora la biodiversidad, la extracción y aprovechamiento de agua de capas profundas, el aprovechamiento de la fertilización residual y el mantenimiento de la estructura del suelo.